Mientras los aficionados esperan la publicación de ‘Jaco‘, la nueva obra de Akira Toriyama, Planeta Cómic les endulza la espera con una nueva edición de ‘Sandland‘, uno de sus mangas más «recientes». El entrecomillado viene a cuento de que entre una y otra obra apenas distan dos  títulos (‘Nekomajin‘ y ‘Katsura Akira‘, y este último a medias con Masakazu Katsura), pero ‘Sandland’ tiene ya la friolera de tres lustros a sus espaldas. Cómo pasa el tiempo. Para el caso, da igual. Las obras de Toriyama gozan del don de la atemporalidad, y en esta ocasión se suman otros elementos marca de la casa: aventura y acción a raudales, distribuidos en un guión tan sencillo como eficaz.

‘Sandland’ repite esquemas conocidos. Tras una época de guerras, el mundo se ha convertido en un lugar desértico en el que el agua es el bien más preciado. El azote de la sequía afecta por igual a seres humanos y a monstruos. Estos últimos se conforman con sobrevivir a base de  saquear de vez en cuando algún cargamento de agua del Rey, que ostenta el monopolio de venta y distribución del líquido elemento. La situación es tan desesperada que Rao, veterano alguacil de un pueblo, decide pedir a Belcebú, príncipe de los demonios, que le dé apoyo en la búsqueda de un ignoto lago del que tanto hombres como monstruos puedan abastecerse. Se conforma así una inverosímil alianza (un clásico en Toriyama) que deberá enfrentarse a varios peligros a lo largo de su búsqueda.

Este manga tiene mucho de ‘road movie’, puesto que casi toda la acción transcurre en la travesía del desierto -nunca mejor dicho- de los héroes. Al igual que en ‘Dragon Ball‘, ‘Cowa‘ o ‘Kajika‘, Toriyama se sirve del recurso de fijar un objetivo que implica un periplo, durante el cual los protagonistas se encuentran con amigos, enemigos -que no lo son tanto- y villano final. Tan sencillo como efectivo… Si el que cuenta la historia es un maestro a la hora de narrar y realiza uno de los mejores trabajos gráficos de su carrera. ‘Sandland’ es un manga de aventuras impecable.

Hay que decir algo más. Posiblemente esta sea la obra más «política» de Toriyama. No es broma. Si bien el autor ya había explorado la temática del mundo desértico en ‘Pink‘, historieta corta de 1982 recopilada en el ‘Teatro Manga’, en ‘Sandland’ adquiere unos tintes más maduros. Aquí la sequía es fruto de la ambición y avaricia de la clase dirigente, encarnada por un Rey títere y su malvado consejero, el Capitán General Zeu. Ambos no dudaron en cometer un genocidio con un pueblo entero, los pichis, con tal de evitar que el desarrollo de su tecnología pudiera dar con un suministro alternativo de agua. Por tanto, de forma más o menos evidente y cabría plantearse si intencionada, Toriyama nos cuela, además de un discurso ecologista, una fábula sobre la unión de los oprimidos para luchar frente a las injusticias.